9.15.2008

DAVID LYNCH

1. La depresión, la rabia y la pena resultan bellas dentro de una historia pero, para el cineasta o el artista, son veneno. Son como unas tenazas de la creatividad. Y si te aferran, apenas puedes levantarte de la cama, y mucho menos experimentar el fluir de la creatividad y las ideas. Para crear hay que tener claridad. Tienes que ser capaz de atrapar ideas.

2. Sé fiel a ti mismo. Que resuene tu voz, no permitas que nadie la manipule. Nunca rechaces una buena idea, pero nunca admitas una mala. Y medita. Es muy importante experimentar ese Yo, esa conciencia pura. A mí me ha ayudado, de verdad. Creo que ayudaría a cualquier cineasta. Así que empieza a sumergirte, a estimular esa conciencia dichosa. Crece en felicidad e intuición. Experimenta la alegría de hacer. Y de este modo pacífico, brillarás. Tus amigos se sentirán felices contigo, felicísimos. Todo el mundo deseará sentarse cerca de ti. ¡Y la gente te dará dinero!

3. INSISTE: es un negocio peliagudo. Quieres hacer arte, pero tienes que vivir. De modo que necesitas un trabajo y, en consecuencia, a veces estás demasiado cansado como para dedicarte al arte. Pero si amas lo que haces, vas a seguir insistiendo de todos modos. Yo he tenido mucha suerte. A lo largo del camino vamos encontrándonos con personas que nos ayudan. En mi vida ha habido muchísimas personas que me han ayudado a dar el paso siguiente. Y es una ayuda que recibes porque has hecho algo, por lo tanto, tienes que continuar en ello.

4. Muchas de las cosas que me han pasado son resultado de la buena suerte. Pero yo diría: intenta encontrar un trabajo que te deje algo de tiempo; duerme suficiente y come poco; y trabaja todo lo que puedas. Se disfruta mucho haciendo lo que a uno le gusta. Quizá así se te abran puertas y encuentres un modo de dedicarte a lo que quieres. Confío en que así sea.

1 comentario:

Martín Ludwig dijo...

Lo voy a poner en práctica.