9.15.2008

VERANO 2008

ENERO, 1. No estoy sola. Todavía me queda un Beldent. Camino por las calles del desolado paisaje porteño. Idea para un cuento (con vuelta de tuerca): una mujer sufre por un amor no correspondido y decide suicidarse. Va al shopping center más cercano. El plan es morir de inanición, subiendo por una escalera mecánica y bajando por la contigua, hasta caer desmayada. Pero el intento se frustra cuando un guardia le informa que el shopping cierra a las 23. Ahí pasa algo inesperado: ella se enamora del guardia. Sospechamos un final feliz y nos ponemos contentos. Pero él no quiere estar con ella porque no es de mezclar el trabajo con el placer. Al día siguente, ella insiste con la idea de terminar con su vida, pero la vida termina con ella.

ENERO 2. Estoy vacía. Enciendo la TV. Una publicidad de cerveza. Cuerpos tostados que se acarician bajo un sol abrasador, en una playa paradisíaca, y refrescan sus ideas en cerveza helada. Agarro el control remoto y hago zapping. Nada, siempre nada. Siento un frío en la mano. Es mi baba, que forma un hilo de plata. La mucama me informa que se va a Paraguay, a tomar tereré. Me pregunto por qué tanto entusiasmo, pero no me digno a responder. Me enojo conmigo misma, y esa furia me da sed. Me incorporo para ir por una lata de gaseosa. Piso, sin querer, un zapato que estaba ahí tirado, y caigo. Crac.

¿....? Abro los ojos. El blanco delata un hospital. No sé qué día es exactamente, pero ahí viene la enfermera. Me da el pésame, parece que me fracturé el fémur y que tengo que estar en cama muchos días. Le respondo que no importa, que lo que me dará diversión este verano no es precisamente óseo. Me mira raro, y sale. Me aburro. Decido buscar algo para matar el tiempo, pero se me complica. El tiempo muerto es difñicil de matar. De repente, veo que la habitación tiene TV. Enciendo la TV y veo una chica que baila en bikini. Me aburro. Juego a buscar un adjetivo que describa la bikini de la chica. "Efímera" (porque puesta dura poco). Y pruebo: "bikini efímera". Queda lindo. Me estiro para anotar la ocurrencia en mi libretita, pero recuerdo que no sé cómo llegué ahí, no sé si mi libretita vino conmigo. Tampoco sé quién me encontró cuando tropecé con el zapato, ese zapato que no sé quién había dejado ahí tirado... Qué zapato de mierda. "Zapato inesperado", pienso. Ahora sí, dos buenas ideas ameritan que consiga un papel. Intento ponerme de pie. La voluntad misma me duele en el alma. Grito con todas mis fuerzas. La enfermera viene y me da un calmante.

ENERO 20. Me acaban de decir qué día es hoy. Y yo sigo en el hospital. Me aburro. Juego sola al veo-veo y pierdo. Entra la enfermera y me pregunta qué quiero. Le cuento que quiero fundar un centro cultural llamado SUDARTE, que se ocupe del arte de estas latitudes. Me mira. Le pregunto qué opina de mi proyecto. Dice que huele mal.

ENERO 21. Enciendo la TV. Un talk show. Hay mucha gente, todos hablan a la vez y cuentan sus problemas. Las voces se mezclan. A los pocos minutos de programa, ya hay muchos problemas sobre el tapete, pero nadie sabe cuál es el suyo. Eso genera conflicto. Los participantes pelean, al grito de "¿cuál es tu problema?" Viene la enfermera y se sienta a mi lado. En la TV, una mujer habla de sexo. La enfermera sentencia: "yo no estoy a favor de los milicos, pero a estos programas habría que levantarlos... El otro día, una en la tele estaba diciendo que era bicsexual, y ése no es un buen ejemplo para los chicos...". ¿Bicsexual? Deduzco que se trata de una nueva forma de satisfacción con bolígrafos. Por fin, me dan el alta.

ENERO 22. Tantos días en el hospital me han llenado de una nueva energía creativa. Idea para un cuento: un hombre pierde un dedo en un accidente de colectivo. Años después lo encuentra, tomando un café en el Tortoni. El dedo dice que ya no tiene ningún interés en volver con él, porque ahora está en buenas manos. El pobre hombre se siente traicionado e inicia una investigación, para descubrir que su dedo está ahora en manos de una joven onanista.

FEBRERO 20. Por fin, terminé la rehabilitación. Ahora puedo incorporarme a las clases de gimnasia y hacer aerobics con gente sana. Voy a mi primera clase. La profesora me mira raro. Es una pelirroja sensual, de labios entreabiertos y glúteos durísimos. Noto que me mira de una manera casi provocativa. Siento miedo. Empiezo a sospechar que es gay. Al terminar la clase, se me acerca. No sé qué decirle, y me sale un piropo: "tus piernas me hicieron replantearme el sentido de turgencia". Ella me responde "Turgencia no, Florencia" y me invita cordialmente a su cumpleaños.

FEBRERO 21. En casa de Turgencia. Se suponía que la fiesta era de muchas personas pero, al llegar, comprendí que había caído en una trampa y que el objetivo del banquete era comerme a mí. Ahora estoy encerrada en el baño, pensando en cómo huir del ataque de la amazona furiosa. Golpes a la puerta. "Ésta quiere guerra", opina mi costado masculino. Mi costado femenino le responde que no sea grosero. Mi costado masculino entra a despotricar en un tono muy ofensivo, y pasan a las manos. Me auto-abofeteo por un rato. Turgencia oye ruidos, irrumpe y me ve en el piso, pegándome. Cree que tuve un brote psicótico y llama a la ambulancia.

FEBRERO 22. Internación domiciliaria. Creen que de verdad estoy loca, y yo no tengo ganas de ponerme a discutir. Después de todo, me suministran unas drogas que hacen del verano una experiencia intensa y colorida. Además, no estoy sola. Todavía me queda un Beldent.


1 comentario:

DESPEDIDA CUCHI CORI dijo...

me acabo de dar cuenta que son las 3:18. Son maravillosos tus relatos con decirte que a las 23:30 me estaba quedando dormido y no podia levantarme ni a cerrar la puerta, me levante, vi mi mail que decia leer, empece a leer y no pare y de paso me vi los videos de drama delivery. Gracias!